SATSE rechaza que los ciudadanos tengan que volver a pagar por la Sanidad que reciben

15 marzo 2012

El Sindicato de Enfermería considera que el copago no es útil, no disminuye el gasto y provoca desigualdades sociales. Mejorar la eficiencia en el uso de los servicios y los sistemas de evaluación, o la revisión permanente del catálogo de prestaciones, algunas de las medidas propuestas por SATSE para mantener la Sanidad sin recurrir al “repago”.

El Sindicato de Enfermería ha rechazado hoy la fórmula del copago en el ámbito sanitario, recordando que los usuarios del Sistema Nacional de Salud ya pagan por los servicios que reciben, a través de sus impuestos, y que existen distintas alternativas que mejorarían la situación de nuestra Sanidad sin tener que recurrir a cobrar más dinero a los ciudadanos.

Tras  el visto bueno del Parlamento de Catalunya, a la intención de la Generalitat de cobrar a partir del próximo mes de junio un euro por cada receta médica, el Sindicato de Enfermería ha reiterado su disconformidad con una actuación que entiende no es la solución para resolver el problema de financiación del Sistema Nacional de Salud.

El secretario general de SATSE, Alejandro Laguna, ha señalado que, mientras la Sanidad pública se financia por impuestos en función de la renta de cada persona y es accesible a todos por igual, el copago o “repago” pretende hacerlo a través de los propios enfermos, pagando cada uno lo que consume. Algo que puede provocar que el que no pueda afrontar ese gasto no utilice los servicios sanitarios que requiera o tarde en hacerlo.

Así, el copago conlleva que las personas de renta media y baja no puedan acudir a la sanidad en condiciones de igualdad como sucede en la actualidad, o que si lo hacen, pero tarde, su problema se haya agravado, con la consiguiente repercusión negativa en su salud, además de mayores gastos para el sistema sanitario por las complicaciones que pudieran originarse y requerir un tratamiento más largo, más medicamentos o más técnicas.

En este sentido, Laguna ha apuntado que “los que más necesitan ir al médico o al hospital son las personas mayores, las personas con discapacidad o con enfermedades crónicas, y exigir a estas personas un pago por la utilización de servicios o para ser atendidas es penalizar a los más débiles, algo totalmente injusto”. Por tanto, ha añadido que el copago no es útil, todo indica que no disminuye el gasto, castiga a la persona enferma, y, además, traería desigualdades sociales.

Además, ha manifestado, “el copago presupone que si el paciente no paga, va a abusar, pero la mayor parte de las personas no van al hospital o a su centro de salud por capricho. Nadie elige la gravedad de su enfermedad,  y normalmente, hay un diagnóstico y un tratamiento prescrito por los profesionales”.

El Sindicato de Enfermería considera que para seguir manteniendo una sanidad pública de calidad, como la que se ha conseguido en España gracias, entre otros factores,  al trabajo y dedicación de los profesionales de Enfermería, existen otras actuaciones, como mejorar la eficiencia en el uso de los servicios, a través de la educación sanitaria, la formación continuada de los profesionales, y unas condiciones adecuadas de trabajo.

También se podrían mejorar los sistemas de evaluación de los resultados y la revisión de las indicaciones en función de dicha evaluación, así como la revisión permanente del catálogo de prestaciones que ofrece el Sistema Nacional de Salud. Según Laguna, “otra opción para que el Estado recaude más dinero y pueda gastarlo en Sanidad sería desarrollar una política mucho más firme contra el fraude fiscal, que equivale a todo el gasto sanitario público español”.

En definitiva, ha concluido, “el copago o repago en Sanidad tiene efectos negativos a corto y a largo plazo. A corto plazo, dificulta el acceso a las prestaciones sanitarias para los enfermos con menos recursos y los pensionistas, y a largo plazo, abre la puerta al desmantelamiento de la Sanidad pública y la expansión de la Sanidad privada”.